El pasado 1 de marzo, la plataforma de intercambio de criptomonedas australiana Bitcoin.como.au puso en marcha una nueva iniciativa que consiste en ofrecer a los australianos el servicio de compra de Bitcoins y Ethers en 1200 quioscos repartidos por todo el territorio del país.

Para poder comprar criptomonedas de cualquiera de los quiscos adheridos, es necesario descargar del monedero criptográfico. Posteriormente, una vez que el vendedor del quiosco escanee el código QR con el iPad mini del puesto de periódicos, la transacción se lleva a cabo y las monedas pasan a la cuenta del usuario, en un tiempo estimado de 20 minutos. La cantidad mínima de compra permitida es de 50 dólares australianos, lo que equivale a 31,50 euros, aproximadamente. La tarifa de las transacciones es el 5% del importe invertido, aunque durante el primer día había una promoción especial y el servicio se prestaba totalmente gratis. En comparación con las tarifas que aplican las exchanges de criptomonedas online, el coste es elevado, pero la comodidad que supone realizar este tipo de transacciones en un lugar físico lo justifica.

En este contexto, Rubert Hackett, CEO de Bitcoin.com.au, destaca “el hecho de que ahora puedas comprar Bitcoins y Ethers desde el mismo lugar donde compras refrescos y artículos de papelería realmente habla de cuán institucionalizada se ha convertido la criptomoneda… Para cualquiera que haya dudado en comprar Bitcoin porque todo parecía demasiado complicado, esto es la configuración perfecta que quita el factor miedo de invertir en monedas digitales”.

La idea de distribuir las criptomonedas a través de canales físicos es muy innovadora y no es una labor fácil, ya que los usuarios no están acostumbrados a adquirir productos digitales en la calle. Sin embargo, tiene múltiples ventajas, tal y como señala Rupert Hackett, “Cuando su producto es totalmente digital, puede ser difícil ganarse la confianza de los consumidores porque no se entrega ningún producto tangible. El uso de kioscos proporciona a los consumidores una forma conveniente y confiable para que los inversionistas compren criptomonedas”.

Australia es un país vanguardista y, como tal, ya ha tomado distintas medidas para implementar los criptoactivos, y la tecnología derivada de ellos, en diversos sectores. Un ejemplo de ello, es el Aeropuerto Nacional de Brisbane, con su decisión de convertir a una de sus terminales en totalmente “amigable” para las criptomonedas, buscando la aceptación de Bitcoins, Ethers y Dash por parte de sus comercios.