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¿Estamos ante una burbuja de productos de renta fija?

¿Estamos ante una burbuja de productos de renta fija?

Mientras que 2017 fue un año de relativa calma y rentabilidades atractivas de los mercados globales, en el presente las condiciones se han vuelto más volátiles, lo que ha intensificado el eterno debate sobre cuál es el prisma por el que los inversores deben valorar las perspectivas de los rendimientos de las inversiones a medio plazo. En este contexto, J.P. Morgan Banca Privada en la última edición de Perspectives from Europe, contradice a un grupo de participantes del mercado que hace mucho ruido, y que ven burbujas financieras en todas partes.

“En nuestra opinión, las valoraciones de los bonos gubernamentales reflejan tanto los cambios estructurales económicos y regulatorios llevados a cabo desde la gran crisis financiera como la implementación de un marco de política monetaria cada vez más transparente y racional por parte de los principales bancos centrales de todo el mundo, explica Luis Artero director de inversiones de J.P. Morgan Banca Privada en España. “En contraste, los que ven una burbuja argumentan que los bancos centrales están limitando los rendimientos de los bonos de forma artificial, lo que a su vez genera valoraciones insostenibles de los activos financieros sensibles a los tipos de interés libres de riesgo”.

Según los análisis de J.P. Morgan Banca Privada este relato de manipulación del mercado no es real, y que en la actualidad los rendimientos de los bonos gubernamentales de los mercados desarrollados están cerca de su valor razonable. Las valoraciones actuales de los bonos gubernamentales se basan en tres factores: la caída del tipo de referencia neutral tras la gran crisis financiera, la credibilidad de los bancos centrales y unas perspectivas de inflación global benignas, que permiten a los bancos centrales normalizar los tipos de forma gradual. Considerando a estos factores de forma conjunta, sugieren que las valoraciones actuales de los bonos no andan especialmente desencaminadas, lo que contradice la idea de que los bonos experimentan “una burbuja”.

Sin embargo, esto no significa que los bonos gubernamentales sean inmunes a correcciones o subidas pronunciadas provocadas por la evolución del ciclo de negocio, pero existe un anclaje subyacente de las valoraciones que nos permite aprovechar movimientos que consideramos excesivos, lo que también significa que no tememos excesivamente a la duración.

“Nuestro marco de distribución de activos rechaza tácitamente la teoría de que hay burbujas por todas partes, y que los tipos de interés globales son artificialmente bajos, afirma Artero. “Hasta ahora hemos mantenido infraponderación en duración, porque esperábamos una subida a medio plazo de los rendimientos, acorde con la subida cíclica del crecimiento global, pero estamos reduciendo la infraponderación ahora que los rendimientos suben hasta niveles que consideramos más cercanos a su valor razonable”.

Asimismo, en J.P. Morgan Banca Privada seguimos favoreciendo a los bonos emitidos por compañías y mercados emergentes. No obstante, ahora que los diferenciales se han reducido, acercándose a lo que consideraríamos su valor razonable, hemos estado reduciendo la escala de nuestra posición de sobreponderación en los mercados de crédito, como el high yield estadounidense, a favor de una mayor exposición a los mercados de bonos tradicionales.

“Nuestra perspectiva de inversión, que considera que los mercados de tipos de interés globales tienen un precio racional, y no sufren una burbuja que está a punto de pincharse, también apoya nuestra posición procíclica de sobreponderación en renta variable global”, señala Artero “Rechazamos la teoría de la “burbuja”, según la cual la próxima crisis de mercado vendrá impulsada por una subida de los rendimientos de los bonos gubernamentales sostenida y desestabilizadora”. Este punto de vista aconsejaría una cartera que minimizase la exposición a productos de renta variable y de renta fija, favoreciendo las posiciones en volatilidad, que es una clase de activos cara. Desde el final de la gran crisis financiera, esta cartera habría obtenido resultados muy inferiores a los de una cartera centrada en activos de renta variable y de renta fija.

Los mercados de renta variable durante la próxima semana

Los mercados de renta variable durante la próxima semana

Conforme dejamos atrás el «pico de liquidez» o nivel máximo de liquidez proporcionada por los bancos centrales, los mercados se van poniendo a todas luces más nerviosos. Por eso, tampoco es ninguna sorpresa que el arranque de la semana pasada fuera acompañado de bajadas en los mercados de renta variable. La red social Facebook tuvo que encajar descensos de su cotización como consecuencia de una fuga de datos, y, de hecho, alrededor del 50% de las pérdidas registradas por el S&P en los últimos días son atribuibles a las acciones FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google), siendo notable que las acciones de tecnología llevan años encabezando el ranking de rentabilidad (véase el Gráfico de la semana).

La inminente reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC según sus siglas en inglés) de la FED, se palpaba ya en el ambiente. Mientras parecía darse ya por segura otra subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos, se manifestaron temores de que la Fed pudiera encaminarse hacia un cuarto aumento del precio del dinero en el transcurso de este año. Hasta el momento parecían estar descontados solo tres incrementos, si bien es cierto que estas previsiones son bastante recientes. En todo caso, más relevantes que la subida de los tipos en sí deberían de ser las proyecciones de los miembros del FOMC y toda indicación de hasta qué punto el nuevo presidente de la Fed, Jerome Powell, actúa conforme a lo previsto (es decir, no tanto según su propio criterio como observando cierto método).

En este sentido, vale decir que, también con respecto al dinero de los bancos centrales, menos es más: unas inyecciones de liquidez menos abundantes previenen contra la inflación de los activos y, en general, contra la asignación inadecuada de capital inducida por señales de precios distorsionadas.

También en relación con el BREXIT, menos es más: el acuerdo alcanzado entre el Gobierno británico y Bruselas respecto del periodo de transición que, comenzando en marzo de 2019, durará 21 meses, se traduce en menos incertidumbre y más seguridad de planificación, y no solo para las empresas y el comercio. Menos incertidumbre significa, aparte de menos primas de riesgo, que el Banco de Inglaterra tiene ahora más libertad de acción. Por lo tanto, no tiene nada de extraño que la decisión, adoptada ya antes de la cumbre de la UE, favoreciera temporalmente a la libra esterlina.

Sin embargo, en el caso de los indicadores económicos, el aforismo “menos es más” es cierto solo en muy pocos casos, siendo además cada día más difícil encontrar un «más» en los datos. Nos hallamos en la etapa de madurez tardía de una recuperación excepcionalmente larga, cosa que nos recordaron, entre otros indicadores, los índices de gestores de compras y el índice de clima empresarial Ifo de la zona euro y de Alemania, respectivamente.

Claves de la próxima semana

En la presente semana predominarán los indicadores de confianza. A estos hay que añadir un par de indicadores de precios que últimamente vuelven a recibir más atención, si bien es de suponer que, en conjunto, recalquen el escenario de reflación y, con ello, evidencien que la Fed y el BCE se encuentran considerablemente «por detrás de la curva».

Hoy conoceremos los índices de la Fed de Chicago y de la Fed de Dallas, relativos a la economía estadounidense. El martes llegan los datos sobre el entorno económico y el clima empresarial de la zona euro, así como el índice de confianza de los consumidores de The Conference Board (EE. UU.). El miércoles lo más probable es que las miradas se centren en el índice GfK de clima de consumo en Alemania y en el índice Nationwide de precios de la vivienda en el Reino Unido.

Ojalá que menos sea más también en el actual contexto de resurgimiento del proteccionismo, que lastra el comercio internacional y el consumo —lo cual es grave—y, en consecuencia, refuerza la tendencia de reflación, mientras que, en cambio, China lleva adelante la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda que, por tierra y por mar, involucra a 65 países y para la que se prevén inversiones por valor de 990.000 millones de USD.

A continuación, el jueves, llega el índice GfK de confianza de los consumidores de Reino Unido. Se trata de un indicador importante del consumo privado. La inflación se hace sentir cada vez más (en febrero la tasa interanual se situó en el 2,7%) y merma el poder adquisitivo.

Desde la perspectiva del análisis técnico, parece que, en general, las aguas se están calmando en los mercados de renta variable. El ambiente excesivamente optimista se ha enfriado, y ya no cabe considerarlo un indicador contrario para vender. También ha mejorado la amplitud del mercado estadounidense, mientras que, al mismo tiempo, la presión de venta generada por los inversores internacionales sobre las acciones de Japón y la zona euro ha disminuido. Por otro lado, la política monetaria debería de continuar favoreciendo a la renta variable (véase el Gráfico de la semana).

Por consiguiente, es de esperar que próximamente las bolsas describan un movimiento lateral.

mercados de renta variable

Artículo elaborado por Hans-Jörg Naumer, Global Head of Global Capital Markets & Thematic Research.

FSB: «las criptomonedas no suponen un riesgo para la estabilidad financiera mundial»

FSB: «las criptomonedas no suponen un riesgo para la estabilidad financiera mundial»

En la cumbre del G20 este lunes y martes en Buenos Aires, las naciones debatieron un tema muy esperado por muchos de los países, el de las criptomonedas y la necesidad de su regulación. A pesar de que algunos miembros esperaban que la reunión iba a ser clave para la formalización de una normativa, se decidió establecer un plazo para recomendaciones sobre la regulación de los criptoactivos a nivel global.

Por tanto, los países del G20, para poder comenzar la discusión sobre la regulación de las criptomonedas, tienen que recopilar suficiente información y datos concretos. En este aspecto, el presidente del Banco Central de Argentina, Federico Sturzenegger, señaló lo siguiente: “en julio tenemos que ofrecer recomendaciones muy concretas, muy específicas, no sobre ¿qué regulamos?, sino ¿cuáles son los datos que necesitamos?”.

El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), compuesto por los reguladores de los países del G20, decidió no proceder a la regulación del criptomercado y prefirieron centrarse en algunas de las normativas económicas existentes en la actualidad, ya que los bancos centrales opinan que las criptomonedas “no plantean riesgos para la estabilidad financiera mundial en este momento”. Parte de la explicación de su posición está recogida en la carta que remitió Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra y Presidente del FSB, a los ministros de Finanzas del G20, en la cual decía sobre las criptomonedas lo siguiente: “su pequeña magnitud y el hecho de que no sean un sustituto del dinero y tengan un uso muy limitado en la economía real y en transacciones financieras, ha significado que los vínculos con el sistema financiero sean limitados”.

Asimismo, de momento, el valor total de las criptomonedas existentes alcanza sólo el 1% del PIB mundial. Sin embargo, dada la acelerada evolución de los mercados, el panorama podría cambiar rápido, llegando a tener estas monedas digitales un uso mucho más elevado.

En este sentido, uno de los temas que fue acordado prácticamente por todos los presentes en la cumbre, fue que el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) aplicará sus normas de criptomercados a los respectivos países. El G20 señalo “nos comprometemos a aplicar las normas del FATF en la medida en que se aplican a criptoactivos, deseando que el FATF revise esas normas, y llame al FATF para avanzar en la aplicación mundial. Exhortamos a los organismos internacionales de normalización (SSBs) para continuar su monitoreo de criptoactivos y sus riesgos, de acuerdo con sus mandatos, y evaluar las respuestas multilaterales como sean necesarias”.