La crisis sufrida este año es tan profunda que ha aflorado las alertas de un ‘crash’ en el mercado cripto. Los expertos consultados, en cambio, lo ven claro. Tienen futuro, pero muy distinto al del pasado.
«Un año en la industria cripto equivale a siete en cualquier otra». El ejercicio que está a punto de finalizar avala esta advertencia recurrente de los analistas. Desde el punto de vista del mercado cripto, 2022 ha sido la antítesis de 2021. Las caídas han tenido un carácter excepcional, y no sólo por la magnitud de las pérdidas. Muchos inversores, ajenos a los mercados tradicionales y que se sumaron a los activos digitales al calor de su rally de 2021, viven su primera caída de mercado, una situación nueva difícil de digerir.
La dimensión de las caídas eleva además el nivel de tensión. En poco más de un año la capitalización conjunta de las criptomonedas se ha hundido desde los tres billones de dólares que alcanzó con los récords históricos de noviembre de 2021 hasta los 800.000 millones de dólares actuales. El pinchazo de la burbuja ha volatilizado más de dos billones de dólares.
La mayor de las criptomonedas, el bitcoin, supera el 60% de desplome a falta de una semana para el cierre del ejercicio. Y la tormenta aún no se ha disipado. El detonante de las últimas caídas, el colapso de una de las mayores plataformas cripto del mundo, FTX, está reciente. El temor a un contagio de la crisis y a la caída de nuevas empresas del universo cripto han disparado la aversión al riesgo de los inversores.
Los expertos coinciden en que crisis como las de FTX y los problemas que registran otras entidades del sector evitan una rápida recuperación del mercado. A cambio, la prolongada digestión de esta crisis está creando precisamente algunas de las bases necesarias para un futuro despegue del mercado.
Nuevo perfil inversor
La crisis ha modificado sustancialmente el perfil medio del inversor cripto. En pleno rally alcista, hasta noviembre de 2021, gran parte de los inversores saltaban al mercado de los activos digitales con un carácter eminentemente especulativo, con el objetivo de reeditar rentabilidades de tres y hasta cuatro dígitos, prácticamente inalcanzables en cualquier activo ‘tradicional’.
En poco más de un año bitcoin, ethereum y el resto de criptomonedas han pasado de generar rentabilidades semanales de hasta el 100% a deparar pérdidas anuales superiores al 60%. Este cambio sustancial ha provocado una «limpia» en el mercado de los perfiles más cortoplacistas.
Los inversores, condicionados también por las pérdidas acumuladas, adoptan una visión más largoplacista, y ‘retiran’ del mercado una cifra récord de bitcoins debido a su estrategia de mantener su cartera. Joaquín Robles, analista de XTB, recuerda en este sentido que «los inversores no deben tomar como referencia los rendimientos pasados, ya que en gran parte respondieron a un movimiento especulativo injustificado».
Regulación
La caída en tiempo récord de una de las mayores plataformas de negociación cripto como FTX ha acabado con un viejo debate, el de si la regulación sería una amenaza o bien un revulsivo necesario para el mercado. Los partidarios de la segunda opción ganan ahora por goleada.
Desde el punto de vista de la inversión Mirva Antilla, analista de la gestora WisdomTree, asegura que «está muy claro ahora que la industria necesita ser regulada«. Esta misma afirmación se repite desde las empresas cripto. Lukas Enzersdorfer-Konrad, Deputy CEOde la plataforma Bitpanda, no duda en señalar que la nueva regulación europea, MiCA, «será el siguiente gran paso en la dirección correcta, ya que racionalizará la regulación y la supervisión en la UE y es de esperar que mitigue parte del caos».
A la espera de los efectos que provoque su implantación en el futuro, Pablo Valverde, cofundador de la plataforma de tokenización Crowmie, ya aprecia un impacto positivo. La regulación, explica, «permite un mayor asentamiento en la sociedad» de los proyectos cripto, «ya que, si un gobierno le pone normativa, las está aceptando de hecho, de una forma u otra, para el futuro de su país».
El revulsivo derivado de la regulación cripto podría llegar antes de lo previsto. En 2023, con las normativas de MiCA y de régimen piloto y transposiciones en cada país, Marcos Carrera, experto en Blockchain de la firma de consultoría Grant Thorton, advierte que «posiblemente pasemos de 0 a 200 en pocas semanas».
Más control del fraude
La experiencia de lo sucedido con FTX y el mayor afán regulatorio de las autoridades provocarán a su vez una criba en el mercado. Crisis como la sufrida este año pueden ser dramáticas para los inversores, pero como apunta Carlos Gómez, CIO de Belobaba Crypto Asset Fund, «también traen consigo una limpieza del mercado de muchos agentes especulativos y fraudulentos».
«La comunidad cripto cada vez está más formada y sensibilizada con las estafas, al igual que en la aparición de Internet en el año 2000 se acabaron por extinguir las estafas piramidales», subraya Alejandro San Nicolás, experto en Blockchain y profesor de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).
En esta misma línea el responsable de inversión de Belobaba destaca que los controles internos de gestión del riesgo en la industria cripto recuperarán una relevancia no tan vigilada en los últimos tiempos. Carlos Gómez vaticina que «el año 2023 va a ser positivo para el ecosistema ya que los fundadores y fondos de financiación de proyectos van a ser más conscientes de la necesidad de construir soluciones a problemas reales, y los fondos especulativos van a aprender (espero) a implementar mejores prácticas de gerencia de riesgo minimizando el apalancaje excesivo y baja diversificación».
Mayor control del riesgo y un criterio más selectivo y menos especulativo por parte de los inversores son dos de los factores en auge. Gerard Bernal, CEO del criptobanco VanQ, resalta que «el futuro será el presente inmediato si nos olvidamos del pelotazo y empezamos a considerar las criptomonedas como un continente que debe albergar un contenido de valor«. Las tentaciones más especulativas podrían quedar derribadas, añade, por el protagonismo creciente, por ejemplo, de los «activos digitales reales», que pueden ser «simplemente una participación de una propiedad mayor, como un inmueble (o conjunto de inmuebles) o una empresa privada».
La tokenización es una de las vías de amplio crecimiento para la industria más señaladas por los expertos, del mismo modo que el metaverso, o las finanzas descentralizadas (DeFI), un campo que no sólo supone una amenaza para la industria financiera tradicional. Representa también una posible fuente de colaboración. José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), sugiere que, bajo el paraguas de un marco regulatorio, una futura participación de los bancos «podría ayudar a mejorar las prácticas de control y gestión de riesgos en el ecosistema y a dar más confianza».
Oportunidad de inversión
Los expertos inciden de manera especial en el atractivo y el potencial transformador del universo cripto por sus múltiples usos. Pero tampoco pasan por alto su potencial atractivo como activo de inversión, aunque bajo unos parámetros distintos a los predominantes hasta el pinchazo de la burbuja. Tras la crisis actual la adopción generalizada de los activos digitales podría llevar aún entre cinco y siete años, según Manuel Villegas, analista de Julius Baer. Pese a todo, deja claro que «el potencial disruptivo de la tecnología blockchain no se ha visto impactado por la crisis de este año».
Desde un punto de vista más inversor, recientemente una serie de expertos coincidieron en señalaron un posible suelo del bitcoin en el nivel de los 13.000 dólares, frente a los 17.000 actuales.
Un posible catalizador en 2023 podría ser el halving del bitcoin, la reducción en el ritmo de emisión, previsto para 2024 pero cuyos efectos a niveles de cotización podrían adelantarse hasta el punto de abrir la puerta a un «nuevo ciclo alcista» entre 2023 y 2025, según augura Alberto Gordo, cofundador de Protein Capital. Para ello, primero debe confirmar el fin del ciclo bajista actual.
En esta macroencuesta realizada por Alejandro Sánchez y publicada el día 23 de diciembre de 2022 en Expansión, la marca líder multicanal de información económica nacional e internacional sobre mercados, inversión, empresas, economía, empleo, jurídico, directivos y estilo de vida, uno de los encuestados, Herminio Fernández, nuestro CEO de EurocoinPay®, dejó clara su visión sobre las criptomonedas y sobre su futuro.
«Las criptomonedas son la sustancia más dura del universo»
Herminio Fernández, CEO de EurocoinPay®
Durante doce años las criptomonedas han recorrido un viaje increíble. Saber lo que sucederá en los próximos doce años no es fácil, pero con toda seguridad prevalecerán, afirma el CEO de EurocoinPay®, que enumera toda una serie de factores que despejan dudas sobre el futuro de la industria cripto. «Actores tan importantes como MasterCard está comenzando a adaptar criptomonedas, los índices de S&P Dow Jones producen puntos de reflexión para ellas, y las empresas más grandes de Wall Street han indicado que serán activos participes de estos mercados. Hemos visto crecer el interés institucional, la UE está apostando por la regulación a través de la normativa MiCA, y Estados Unidos y sus reguladores están en cuánta regulación aplicarán». Por todo ello, asegura, «está claro que vale la pena tomar las criptomonedas en serio». Los retos para las criptomonedas se centran en focos como si consumen mucha electricidad, la velocidad de transacciones y los riesgos de ciberseguridad. Con vistas al futuro, «las criptomonedas que están creadas con la criptografía es la sustancia más dura del universo», y aunque «la adopción de esta tecnología está al 3%», «la gente en algún momento se dará cuenta que tiene más que perder por no abrazar esta tecnología que por abrazarla».
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Fuente: expansion.com
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