El pasado 18 de enero, la Comisión Europea presentó una propuesta para reformar el Impuesto sobre el valor añadido. Se trata de uno de los sistemas impositivos más complejos de la Unión Europea, siendo su principal objetivo construir un “área del IVA única en Europa” en el futuro. El encargado de presentar la propuesta legislativa en una rueda de prensa fue Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios.
Desde Bruselas señalan que las normas actuales, acordadas en el año 1992, han quedado desfasadas y obsoletas. Con el sistema, la Comisión Europea ofrece a los Gobiernos máxima flexibilidad para fijar los distintos tipos de IVA. No obstante, para que el nuevo sistema pueda entrar en vigor, es necesario que sea aprobado por unanimidad de los 28 Estados miembros.
La propuesta establece mantener el tipo general mínimo de IVA en el 15%, aunque se permite la creación de cuatro tipos de IVA más. Pues, cada Estado miembro podría fijar dos tipos reducidos entre el 5% y el tipo general elegido, un tipo superreducido entre el 0% y el reducido y, otro del 0%, para los productos y servicios exentos. Sin embargo, para que estas modificaciones no alteren a los ingresos de los distintos Gobiernos, el tipo medio ponderado debe ser al menos del 12%.
Además, Bruselas quiere eliminar la lista actual de bienes y servicios a los que se les pueden aplicar tipos reducidos de IVA, y sustituirla por otra, una lista que, al contrario de la actual, recoge los productos a los que se les debe aplicar el tipo de IVA general. Según esa lista “negativa”, se prohibirá la aplicación de tipos reducidos a los siguientes productos: armas, municiones, juegos de azar, bebidas alcohólicas, tabaco, metales preciosos, smartphones y otros productos de electrónica, obras de arte, muebles, gasolina y otros combustibles fósiles, seguros y servicios financieros.
Por otro lado, la Comisión Europea pretender impulsar la creación de PYMEs y por ello, ha propuesto una serie de simplificaciones y excepciones para las mismas. Así pues, las pequeñas empresas, cuyos ingresos anuales sean inferiores a los dos millones de euros, se podrán acoger a medidas de simplificación en registro en materia de IVA y en facturación. Asimismo, se prevé que las empresas que operen en otros Estados miembros y, cuyo volumen de ingresos sea inferior a 100.000 euros, podrán beneficiarse de las exenciones que se aplican en los otros países.