En la actualidad, la economía colaborativa está en pleno auge y los países que apuestan por ella son cada vez más. China ocupa el segundo lugar en economía compartida, sólo por detrás de Estados Unidos y, está atrayendo a muchos inversores de alto riesgo.
Gracias a los smartphones y las aplicaciones móviles, actualmente se pueden compartir todo tipo de recursos entre personas. La oferta de servicios de economía colaborativa es cada vez mayor. Además, su uso es fácil, cada empresa tiene su aplicación, en la que hay que registrarse y hacer un depósito y, después, se puede desbloquear el producto escaneando el código QR.
Las pioneras en economía colaborativa son las compañías Uber y AirBnb, aunque en China, triunfan sus rivales Didi Chuxing y Tujia. La primera compró Uber China en el 2016, convirtiéndose así en la compañía de transporte colaborativo más grande del mundo. En cuanto a Tujia, al igual que AirBnb, pone en contacto a propietarios de viviendas con personas que buscan alojamientos.
Otro ejemplo de economía compartida es el uso de medios de transporte -bicicletas, motocicletas y vehículos eléctricos- de alquiler por minuto. En cuanto al sector de las bicicletas, destacan las compañías Mobike y Ofo.
Una iniciativa muy innovadora es la de la startup Mosun, que ha instalado paragüeros en todo Shanghái. Después de hacer un depósito de 5 euros, los usuarios de su app pueden coger un paraguas de forma gratuita y, devolverlo en cualquier otro paragüero más tarde. Como curiosidad, estos armarios también están preparados para secar los paraguas mojados.
Otro ejemplo del progreso de la economía colaborativa es el alquiler de las baterías externas, que se pueden retirar de los armarios instalados por toda la ciudad. Una vez que hayas cargado la batería de tu teléfono móvil, puedes devolverla en cualquier otro armario de la ciudad. El coste de este servicio es tan sólo 1 yuan.
El alquiler de balones de baloncesto también está teniendo mucho éxito. No obstante, una de las ideas más originales del sector de la economía colaborativa hasta el momento es, sin lugar a dudas, la implantación de máquinas de alquiler de plantas para decorar las oficinas.
Ofrecer este tipo de servicios tiene algunos inconvenientes. Por ejemplo, en el negocio del alquiler de bicicletas, los actos vandálicos son frecuentes. Además, el estacionamiento de las mismas está creando muchos problemas, ya que se permite dejarlas en cualquier lugar. Como medida para luchar contra la saturación de algunas calles, se procede a la confiscación de las bicicletas que están mal estacionadas.
En el caso de Mosun, por ejemplo, se le adelantó otra startup que tuvo poco éxito, ya que se estima que desaparecieron alrededor de 300.000 paraguas de sus paragüeros. Probablemente por eso, Mosun ofrece el servicio gratis durante las primeras 24 horas y después de ese tiempo cuesta 2 yuanes al día, hasta máximo una semana. Si pasan más de siete días, la compañía considera que el paraguas ha sido adquirido por parte del usuario y cancela el depósito.
Sin embargo, las ventajas de la economía colaborativa para las personas y para la naturaleza son múltiples. Puesto que se generan menos productos, ayuda a reducir la contaminación y preservar el medio ambiente, lo que a su vez aumenta la eficiencia.
En cuanto a los beneficios económicos de estos negocios, se suman muchos pequeños pagos que acaban sumando grandes cantidades de ingresos. De hecho, se prevé que el volumen de transacciones de este nuevo modelo de economía será el 10% del PIB del gigante asiático en el 2020 y, el 20% en el 2025.