Lo estudiamos en la universidad cuando en macroeconomía nos explican el ciclo económico y sus distintas fases y, ahora, el estadounidense nos avisa de correcciones en el mercado de valores. Entendemos el ciclo económico como las fluctuaciones de la economía en general, en la producción o la actividad, durante un determinado periodo de tiempo que produce expansiones que ocurren aproximadamente al mismo tiempo en muchas actividades económicas a las que le siguen recesiones igualmente generales.
De esta manera, se podría entender la expansión económica como el periodo comprendido desde un valle a un pico y una recesión económica como el periodo en el que la economía se desplaza desde un pico hasta un valle, utilizándose como medida el producto interior bruto (PIB) de un país.
Si cogemos el Samuelson, que durante más de medio siglo ha servido como estándar para la enseñanza de economía en las universidades de todo el mundo, veremos que nos habla de cuatro fases en un ciclo económico:
1) Fase de recuperación. Donde se genera el punto de inflexión de la contracción del crecimiento del PIB a la recuperación en su crecimiento. Se produce un aumento de las actividades económicas y la demanda comienza a elevarse, la producción aumenta y esto provoca un aumento de la inversión. También se caracteriza porque aumenta la masa monetaria y se han reducido los tipos de interés para incentivar la economía y la inversión. Por eso las empresas cotizadas consolidan y reducen su deuda. Vemos operaciones corporativas importantes en cuantía y muchas a precios de saldo. En el mercado de valores se vive un proceso de alza en los valores de calidad antes incluso de que éstos publiquen buenos resultados.
2) Fase de expansión. Las expectativas de los consumidores están aumentando, la producción industrial está creciendo, los tipos de interés han tocado fondo y la curva de tipos de interés está empezando a ser más pronunciada. Los resultados de las empresas cotizadas son excelentes y el empleo crece fuertemente. Aumenta el déficit por cuenta corriente y la economía crece de manera sostenida y fuerte, tanto que los empresarios comienzan a subir los precios para repercutir el aumento de los costes salariales. Esto lleva a un escenario de inflación relativa porque existe un alto nivel de dinero en circulación que es atacado con subidas de tipos de interés. Mientras tanto en los mercados bursátiles se ha desatado lo que se denomina el alza especulativa. Un ambiente de subidas sorprendentes auspiciadas por la entrada de dinero de público no especializado o formado, subiendo hasta empresas inviables al borde de la quiebra o simplemente meros proyectos sin garantía alguna.
3) Fase de auge o pico. La economía está funcionando a todo vapor. El empleo está en niveles de pleno empleo, el PIB en niveles históricamente máximos mientras que los niveles de ingresos continúan aumentando. Vemos ya una inflación históricamente alta. Sin embargo, la mayoría de las empresas y los ciudadanos disfrutan de una economía fuerte y aparentemente próspera para el futuro. Mientras tanto en el mercado de valores, el dinero inteligente ha comenzado a soltar papel y comienzan a verse fuertes oscilaciones bursátiles y los volúmenes aumentan sin que lo hagan los precios porque el mercado bursátil ya ha comenzado su bajada.
4) Fase de recesión.- Tras experimentar un gran crecimiento y éxito, los ingresos y el empleo comienzan a disminuir. Debido a que los salarios y los precios de los bienes en la economía son más inflexibles al cambio, todavía quedan en niveles cercanos al de la fase anterior. Vemos crecimiento negativo en la economía (recesión). Ha comenzado la fase del ciclo económico más negativa de todas, que puede llevar a una profunda depresión por su duración. Sin embargo, las empresas aún no sufren mucho porque los balances bajan con moderación, pero con el paso de los trimestres comenzarán a sufrir y a destruir empleo para no caer en la quiebra (escenario que no podrán evitar todas y que dispara las quiebras). Los tipos de interés bajan drásticamente para combatir la recesión, pero las expectativas de los consumidores son negativas (mucho paro) y no se inclinan a gastar. Por lo tanto, se reduce el dinero en circulación, el gasto público también se reduce, se congelan los préstamos y créditos mientras que aumentan los impuestos para compensar los menores ingresos del Estado. Mientras tanto en bolsa, las manos débiles compran atraídos por los precios creyendo que ya ha bajado mucho, pero la realidad es que solo disfrutan de rallies alcistas que no llegan a superar los niveles de precios anteriores. Pronto pierden la fe en la bolsa y la gran mayoría de ellos acaban vendiendo con fuertes pérdidas prácticamente en el mismo momento en el que la economía está en el valle y las empresas arrojan unos impresentables inadecuados balances. Es el momento en el que el dinero inteligente de nuevo, comienza a recoger esas acciones de los inversores desanimados, siempre que sean empresas de calidad y por lo tanto en el largo plazo rentables. Estamos en plena alza por acumulación.
Ahora solo tiene que decidir en qué fase del ciclo económico cree que se encuentra la economía estadounidense y en base a ella, ya sabe lo que ocurre en los mercados de valores históricamente.
Artículo elaborado por Eduardo Bolinches, Analista Colaborador de ActivTrades.