Después de una década de recortes o mantenimiento de las retribuciones, durante el año 2018 se observarán por primera vez incrementos salariales, según indican los datos de la encuesta IBR de Grant Thornton, realizada entre 400 compañías de 50 a 500 empleados. El 77% de los empresarios españoles consultados manifestó su intención de subir sueldos en los próximos doce meses, un porcentaje que supone 14 puntos porcentuales por encima del 63% alcanzado en el cuarto trimestre de 2016.
De este modo, España se coloca junto con Alemania –cuyo porcentaje alcanza el 78%- a la cabeza de la Unión Europea en esta tendencia, cuya media se sitúa en 74%. A nivel global, el Informe International Business Report (IBR), que integra 2.500 empresas de 36 economías, destaca que el 76% también se muestra a favor de elevar salarios.
Cabe destacar que incluso antes de que se hiciera público el acuerdo entre patronal y sindicatos para pactar un incremento del salario mínimo interprofesional del 20% para los tres próximos ejercicios, el empresario español ya había decidido que en 2018 elevaría su política retributiva. «España ha realizado un ajuste muy importante durante la crisis y ahora existe margen para que los salarios puedan subir sin que se perjudique el actual contexto de expansión económica», explica Alejandro Martínez, presidente de Grant Thornton.
Una política retributiva al alza beneficiará al crecimiento económico y contribuirá a que el índice de confianza empresarial español mejore tras el descenso experimentado a final del año 2017. Para el máximo responsable de Grant Thornton en España «un comportamiento más dinámico de los salarios tendrá consecuencias favorables sobre la demanda agregada y contribuirá también a que el crecimiento económico sea más inclusivo, con efectos muy positivos para la estabilidad social».
Leve retroceso del índice de confianza empresarial en España
A diferencia del resto del mundo y la Unión Europea, el índice de confianza empresarial en España –porcentaje de optimistas menos porcentaje de pesimistas sobre la evolución de la economía nacional en los próximos 12 meses-registró una leve caída coincidiendo con los acontecimientos políticos en Cataluña.
Si en el cuarto trimestre de 2016, el 47% de los empresarios españoles confiaba en la buena marcha de la economía, en el mismo periodo de 2017 se registraba un descenso de cinco puntos porcentuales hasta el 43%. Este retroceso resulta significativo, especialmente teniendo en cuenta que durante el ejercicio 2017 incluso hubo un momento –segundo semestre del año- en el que el 70% de las empresas se mostraba muy optimista respecto a la economía.
En este contexto, Alejandro Martínez, Presidente de Grant Thornton España, asegura que «España, que se encontraba en plena recuperación económica como el resto de la UE, vivió en el último trimestre un clima de incertidumbre política por la situación de Cataluña que erosionó la confianza de los empresarios españoles. Transcurridas las elecciones en Cataluña, parece que ahora es el momento de que los políticos ejerzan la política en su pleno sentido y de que actúen y decidan pensando en el bien común y preservando los intereses de todos los ciudadanos con posiciones más abiertas».
A pesar de este traspié, España sigue siendo uno de los países de la UE más optimistas respecto al comportamiento económico, si tenemos en cuenta que en Gran Bretaña y como consecuencia del Brexit sólo el 12% del empresariado británico opinó que va a ir bien en 2018 o el 24% en Italia. A la cabeza de los más optimistas en Europa se encuentran dos de las economías más importantes de la región, Alemania –con un 72% neto favorable- y Francia –con un 52%, casi cuatro veces más optimista que hace un año-, que dejan una media para la UE del 48% neto, lo que supone un incremento interanual de 13 puntos porcentuales, y del 56% en la zona euro.
En el resto del mundo el optimismo empresarial también alcanza niveles récord con una media de 58% neto frente al 38% de finales de 2016, gracias al fuerte empuje de EEUU (79% neto frente al 54% de hace un año) y a China, que llega a registrar máximos en los últimos diez años (78% neto). Esta situación repercutirá claramente en el empleo, donde los planes para contratar nuevo personal están en sus niveles más altos de la década.
A la espera de consolidar beneficios para crear empleo
A nivel mundial, el 40% neto de las empresas manifestó su intención de contratar nuevos trabajadores en 2018 frente al 29% del mismo periodo del año anterior, mientras que en España la tendencia retrocede y se alinea más con sus socios europeos. Sólo el 23% neto de los empresarios españoles consultados reconoció tener planes para aumentar el empleo en el próximo año, un porcentaje que representa un descenso de 13 puntos porcentuales respecto al cuarto trimestre de 2016.
Por encima de España y con una mayor inclinación a generar puestos de trabajo en 2018 se manifestaron Alemania (34%), Grecia (30%), Reino Unido (29%), Italia (28%) e Irlanda (28%), lo que deja la media de la eurozona en el 28% frente al 25% del cuarto trimestre de 2016.
Esta tendencia indica que el empresario español se muestra todavía cauto en sus decisiones de contratación de personal a pesar de esperar un aumento en sus ingresos y beneficios durante los próximos 12 meses. En este sentido, si el optimismo en ingresos alcanza al 50% de las compañías en la Unión Europea, en España se supera este nivel en tres puntos porcentuales hasta llegar al 53% pero resulta también 12 puntos porcentuales menos que hace un año (65%).
Lo mismo ocurre con las expectativas sobre los beneficios empresariales. El 44% de las empresas españolas están convencidas de que en 2018 habrá un aumento de los beneficios superando igualmente a la media del resto de la eurozona en la que sólo el 40% de los empresarios opinaba lo mismo, aunque este porcentaje resulta igualmente inferior al 57% de los españoles que se mostraba optimista en el cuarto trimestre de 2016. Alejandro Martínez señala que «es evidente que el empresario español está esperando una mayor consolidación en el tiempo de los beneficios empresariales para ofrecer un mejor sentimiento hacia la creación el empleo» y concluye, «Además, existen también algunos márgenes de mejora que caben enunciar como la mayor cohesión social y la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas».