En el momento en que Donald Trump ganó las elecciones se descontaron de forma inmediata los positivos efectos para las empresas de la reforma fiscal. Los principales selectivos de Wall Street salieron de la lateralidad que perduraba durante todo 2016 e iniciaron un impulso al alza que culminó con los récords históricos de enero y una subida del 38% en S&P 500, el 76% en el Nasdaq compuesto y un 48% en el Dow Jones, que agrupa a las blue chips de la Bolsa de Nueva York.
Sin embargo, las medidas proteccionistas prometidas por Trump en la campaña electoral hacia la Casa Blanca se están descontando estos días tras su confirmación. Es una muestra clara del optimismo característico que reina en un mercado alcista de nueve años de duración y una revalorización del 343% de media entre los índices más representativos de Estados Unidos.
De momento, la reacción en los mercados bursátiles a las medidas arancelarias de Trump es suficientemente grande como para destacar hasta en un gráfico de largo plazo. Los principales selectivos estadounidenses cerraron el pasado viernes su peor semana en más de dos años, con caídas del 6,5% en el Nasdaq, un 5,9% en el S&P 500 y el 5,7% en el Dow Jones.
La situación técnica de los principales índices del todo el mundo se ha deteriorado considerablemente. El S&P 500 ha perforado la directriz alcista de corto plazo y rebotó este lunes con fuerza justo desde el soporte ubicado en torno a los 2.600 puntos, por donde pasa también la media móvil de 200 sesiones.
El Dow Jones confirmó con los descensos del pasado jueves un patrón de cambio de tendencia en forma de hombro-cabeza-hombro invertido, y continuó cayendo hasta que encontró soporte en la media de 200 días, que pasa por los 23.400 puntos. El retroceso le llevó a perder los mínimos de febrero, una situación que por técnico confirma la tendencia a la baja.
El Nasdaq 100 se aleja de los máximos históricos establecidos a principios de marzo y cae por debajo de la línea de tendencia alcista de corto plazo. El lunes rebotó desde el soporte de los 6.530 puntos y cotiza lejos de los mínimos de febrero, marcados en 6.340.
El S&P 500 y el Dow Jones muestran claras divergencias respecto al Nasdaq. Si los selectivos estadounidenses retoman la senda alcista y se corrigen las diferencias, el potencial de subidas en el Dow Jones y el S&P 500 es más elevado que el índice tecnológico.
En Europa, el DAX 30 de Fráncfort perforó los 12.000 puntos y confirmó una bandera de continuación bajista de manual. Este patrón chartista de precios también se confirmó en el Euro Stoxx 50, el CAC 40 de París y en el Ibex 35.
El FTSE 100 de Londres perforó a principios de la semana pasada parte baja del rango lateral en el que cotizaba desde hace un año. Tras la ruptura se inició un fuerte impulso a la baja que le ha situado en los 6.800 puntos, niveles no vistos desde diciembre de 2016.
En un entorno económico mundial de incertidumbre, en los mercados de divisas aumentó la demanda de monedas seguras. El yen japonés, usado tradicionalmente como un activo refugio por el gran superávit de cuenta corriente del país, subió frente al dólar hasta máximos de 16 meses. Las posiciones cortas del yen se redujeron a su nivel más bajo desde noviembre de 2016.
El dólar regresó a mínimos de 39 meses, mientras que el euro y la libra se acercan a máximos anuales. El índice dólar, que calcula la situación del dólar estadounidense contra 6 divisas principales, se acerca de nuevo a los mínimos de tres años marcados en febrero en el soporte situado en los 88,40 puntos.
Los temores a la guerra comercial y la cautela mostrada la semana pasada por la Fed sobre el calendario de subidas de tipos de interés han situado al índice dólar una situación técnica compleja, ya que si se perforan los mínimos de febrero lo más probable es que se inicie otro impulso a la baja, que podría situarle en el siguiente nivel de soporte, ubicado en los 87 puntos.
El euro superó la resistencia de los 1,24 dólares y podría continuar subiendo hasta los máximos anuales de febrero, establecidos en 1.2525 dólares tras dispararse las presiones inflacionistas en Estados Unidos después de conocerse el informe de empleo de enero. Este es el nivel a batir para que se restablezca la tendencia alcista vigente desde principios de 2017.
La libra esterlina también acaricia sus máximos anuales y podría confirmar la tendencia al alza si supera los 1,4260 dólares durante las próximas sesiones.
En las materias primas, el precio del crudo y del oro al contado también se ha situado en máximos anuales. El barril de West Texas ataca la resistencia situada en torno a los 66 dólares, una barrera técnica que no ha sido superada desde noviembre de 2014. El oro lucha por superar la resistencia de los 1.355 dólares, que ha frenado los avances del WTI desde agosto de 2016.
Destacar que las medidas anunciadas por Donald Trump sobre China el pasado jueves 22 de marzo del 2018 tienen un periodo de consulta de 30 días antes de que entren en vigor. Este lunes el diario The Wall Street Journal señaló que EEUU y China estaban negociando con la intención de mejorar el acceso de los Estados Unidos a los mercados chinos.
El devenir de los mercados dependerá de las novedades que vayan apareciendo sobre las negociaciones antes de que entren en vigor los aranceles de Trump. Si se diluyen las tensiones y se alejan las expectativas de una batalla comercial entre las dos mayores economías del mundo, los bruscos movimientos que se han producido en los mercados financieros podrían revertirse y convertirse en fuertes subidas en los mercados de acciones y en el dólar, y en caídas generalizadas en las commodities.
Análisis elaborado por David Pina, Analista Colaborador de ActivTrades.