La tecnología Blockchain está demostrando ser una herramienta muy útil para la sociedad, y en los últimos meses las constantes investigaciones y nuevos descubrimientos sobre su uso han fomentado su expansión a todos los sectores. Expertos e investigadores descubren nuevos usos de la cadena de bloques prácticamente a diario.
Uno de los expertos en la tecnología de cadena de bloques es Jorge Ordovás, profesor del “Postgrado de Experto en Bitcoin y Blockchain” de la Universidad Europea y cofundador de NevTrace, quien describe el Blockchain como “un sistema en el cual cualquiera puede escribir y recoger información, que está accesible en cualquier parte del mundo y es imposible modificar una vez registrada en esta base de datos”. Se trata, pues, de una herramienta muy potente, que hace que la información registrada no se pueda modificar, ya que los encargados de almacenar la información en cadena son los usuarios conectados a la red, y no existen intermediarios, ni entidades públicas, ni tampoco privadas.
En este contexto, Ordovás explica que el Blockchain podría ser muy útil en los envíos de ayudas humanitarias, ya que “puede ser un elemento que ayude a eliminar las diferencias entre el tercer mundo y el mundo desarrollado”. Según él, la aplicación de la cadena de bloque en las prestaciones de ayuda humanitaria podría mejorar la eficiencia de los suministros, acortando de forma significativa los tiempos de entrega. Lamentablemente, en muchas ocasiones los desastres naturales y las crisis humanitarias no se pueden prever y, una vez llegados, requieren que se actúe con inmediatez y las ayudas no siempre llegan a tiempo a su destino.
Además, gracias a la tecnología Blockchain, se podría saber con certeza en qué han sido gastado los fondos donados y seguir su “trazabilidad exacta”, desde el momento en el que el donante envíe el dinero hasta que el mismo sea gastado. De este modo, se lograría que el proceso sea totalmente transparente y se acabaría con las malversaciones de fondos, evitando cualquier desvío de los fondos por el camino. Esta sería la solución de un problema grave, dado que se estima que en la actualidad el dinero que desaparece alcanza el 30% del total, aproximadamente.
En definitiva, la tecnología Blockchain ofrece un sinfín de posibilidades y aún queda mucho por descubrir sobre ella. Algún día formará parte de nuestro día a día, pero tal y como comenta Ordovás, “no de hoy para mañana. Los casos de uso que finalmente tengan relevancia están todavía por descubrir”.